dimarts, 5 d’abril del 2011

Sessió 14 31/03/11

El període d'Adaptació

Un día una madre se presentó acompañando a su hijo a la escuela por primera vez. Ya era su cuarto hijo y la confianza incondicional en ese centro, en particular, y en las educadoras que trabajaban en él, a las que ya conocía desde mucho antes, le animaron a elegirlo una vez más.
Obviamente, la escuela había programado una organización precisa del periodo de adaptación distribuyendo los tiempos igual para todos los niños y niñas: los primeros contactos, la charla inicial, las primeras visitas, los periodos de adaptación, la permanencia gradual en la escuela, etc. Tras varios días en los que el nió demostraba que se había adaptado bien y sin particulares problemas, la madre pidió un cambio a la educadora: consideraba que el niño se había adaptado bien y sin particulares problemas, la madre pidió un cambio a las educadoras: consideraba que el niño se había integrado bien, que no habían aparecido problemas y que, por eso, podía distanciarse antes de tiempo. La elección de la madre no venía impuesta por necesidades personales o externas; simplemente creía que el niño estaba listo y era ya el momento de dejarlo volar solo.
La educadora de referencia, al recibir esta propuesta, sintió en cambio cierto temor. No estaba de acuerdo, consideraba esta propuesta una transgresión de una regla consolidada. "No te preocupes- insistía la madre- nos conocemos bastante bien y te aseguro que no habrá sorpresas: ya es el cuarto hijo que mando a la escuela y siempre he querido que fuera a ésta. Estoy muy tranquila, y mi hijo también lo está porque yo lo estoy. Ni tiene ningún sentido que respete una rutina y un procedimiento que en este aspecto es meramente formal".
Entonces la educadora le respondió: "Todo es cierto. El niño se ha integrado bien y afronta bien la nueva situación. Pero la que no se siente cómoda soy yo. Necesito que las cosas procedan tal y como están programadas".
L’educadora es va equivocar o va fer bé donant-li aquesta resposta?
Encara que les rutines estén programades, l’educadora ha d’aprendre a d’adaptar el currículum al ritme de l’infant. Aquesta ha d’avaluar i valorar la situació en la que es troba l’infant i decidir quin ritme seguir.
Es possible que la mare tingui raó o no. Però ella no s’ha de sentir com que el que diu no té validesa.
Si la mestra pensa que no el nen no ha arribat al final del procés ha de poder dir-ho. Aquesta ha de tenir en compte les aportacions de la mare i tal vegada parlar-ho amb l’equip de treball.


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